Publiqué el otro día una entrada en la que reconocía públicamente que alguien de la Red me amaba a escondidas. Dije que me sentía halagado por ello y es una certeza. Uno no va a esconder a estas alturas que es tan o más narcisista que los demás.
De todos modos me he dado cuenta de que se han ido reduciendo las visitas de ese seguidor maravilloso. Pensando en ello caí en la cuenta de que igual no encuentra donde leer en la vorágine de palabras que ya alimentan este humilde cuaderno de bitácora.
Si ello fueras así propongo una serie de entradas basadas en un criterio puramente heterogéneo que signifiquen una breve síntesis de contenido para los lectores.
Propongo dos entradas ajenas pero que son de lectura obligatoria para cualquier ser humano que se precie de ello: el discurso de Steve Jobs y La idiotez (según el gran cronopio).
Propongo dos entradas, la primera propia, la otra no, que promueven el afán de lucha y el cuestionamiento del ser humano: Cosas para pensar y Es tiempo de alzarse.
Y propongo, para no hacerme pesado, un cuento pseudo biográfico en modo erótico humorístico titulado La mirilla de Crispin.
Esto es todo. Que me acostumbré mal y ahora no me desacostumbro.
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